Alga Bryopsis: cómo entenderla y combatirla en el acuario
En el acuario marino el mundo de las algas que nos pueden invadir el sistema es muy complejo y diverso, y el alga Bryopsis sp. es una de esas que más comúnmente entran al acuario sigilosamente y se abre paso para colonizarlo todo si las condiciones son favorables. En este artículo hablaremos un poco sobre las peculiaridades de esta curiosa y molesta alga y qué remedios se pueden poner para frenar su avance en el acuario o incluso poder llegar a erradicarla.
QUÉ ES BRYOPSIS
Bryopsis sp. es un tipo de alga (diferentes especies posibles como B. plumosa o B. pennata entre las más comunes) perteneciente a la gran división de las algas verdes o Chlorophyta. Se considera un alga filamentosa por su aspecto alargado, ramificado y con forma de finas plumas verdes, misma forma que le da el sobrenombre de “alga pelo verde” o “alga pluma”. En el acuario se presenta normalmente en forma de agregaciones con forma de plumero verde, a veces verde-azulado similar al color de ciertas cianobacterias y a veces verde oscuro, como Derbesia sp. y otras compañeras.
Su tasa de reproducción es bastante alta pues puede propagarse tanto asexualmente (por fragmentación o por liberación de aplanoesporas, por ejemplo), como de forma sexual, liberando gametos al medio que al fecundarse forman un nuevo organismo en busca de alguna zona sobre la que asentarse. Por ello, la mínima presencia de este individuo en el acuario debe hacer saltar todas nuestras alarmas, pues en el momento en que se den las condiciones propicias para ello, comenzará a multiplicarse sin cesar y colonizar todo el acuario.
Normalmente este tipo de alga suele introducirse en el acuario por error, o bien con la introducción de un nuevo esqueje de coral que porte algún pequeño individuo anclado a su base o esporas vegetativas, o bien por la introducción de roca viva donde se encuentre la silenciosa intrusa.
POR QUÉ PROLIFERA EN EL ACUARIO
Una vez Bryopsis sp. entra al acuario, es cuestión de tiempo que las condiciones se giren a su favor y le permitan proliferar sin ningún problema.
Una de los principales detonantes de su crecimiento desmedido es el desbalance de los principales macronutrientes, nitrógeno y fósforo. Concretamente, siendo más abundantes en el sistema, el desbalance entre nitratos y fosfatos. Si salimos de la relación prudente N : P de 100 : 1 podemos correr el riesgo de permitir que esta molesta alga prolifere.
Tener elevados niveles de fosfatos frente a bajos niveles de nitratos es uno de los detonantes, y generar este desbalance en el acuario es sencillo si abusamos del alimento congelado, sobrealimentamos a nuestros peces o no mantenemos una rutina de cambios de agua suficiente. A esa causa de exceso de fosfato se le suele sumar usualmente la presencia de niveles inusualmente altos de amoniaco y/o nitritos, que el alga prefiere como fuente de nitrógeno antes que los nitratos.
La segunda causa más común de su propagación somos nosotros. Nuestra tendencia a arrancar, pellizcar o intentar raspar un pequeño pedazo de alga que veamos en la roca, provocará la liberación de múltiples fragmentos de alga que quedarán flotando por todo el acuario, esperando en momento en el que se asienten y puedan regenerarse y formar un nuevo individuo.
Esta capacidad de reproducción asexual del alga es posible gracias a su fisiología. El género Bryopsis pertenece a una clase de algas cuyo individuo no está formado por distintas células divididas por su pared celular, como ocurre con la mayoría de algas. Este género se caracteriza por compartir un único talo (cuerpo) sin divisiones, considerándose algas sifonadas, formadas por una única célula con muchos núcleos, pero sin membrana divisoria. Esto les permite que, al romperse sea por donde sea y como sea, puedan quedar libres con cierto contenido intracelular e incluso núcleo, convirtiéndose en protoplastos, que son células sin pared que tienen capacidad regenerativa y son capaces de formar nuevos individuos, es decir, colonizar sin control.
CÓMO COMBATIR EL ALGA BRYOPSIS
Para combatirla, la mejor manera es un trabajo en conjunto que aúne todos los esfuerzos de los métodos biológicos, físicos y químicos. La clave para ello es la siguiente:
Filtración mecánica + control de nutrientes + control biológico + control químico
La filtración mecánica es esencial para evitar que posibles esporas, gametos reproductores o protoplastos puedan desprenderse del individuo original y pueda propagarse. Para ello es esencial contar con un buen flujo en el acuario que permita transportarlas fuera del sistema y un buen material filtrante mecánico que las retenga o elimine, ya sea perlón en los filtros, calcetines filtrantes o incluso pantallas con luz UV, que pasarían a ser un método físico, pero muy efectivo para este fin.
El control de nutrientes es sencillo, mantener los nitratos y fosfatos controlados, preferiblemente en una relación de 100 : 1. Unos buenos parámetros para ello pueden ser una relación NO3– : PO4 de 5 : 0,05 ppm. Esto podemos lograrlo con una buena rutina de cambios de agua y como complemento que facilita mucho esta tarea, algún método de exportación de nutrientes, como refugios o reactores de macroalgas y/o microalgas, como el depurador de algas Aqua Ocean, o incluso resinas eliminadoras de nutrientes, como las resinas WATER-PURE que eliminan materia orgánica y reducen la formación de nitratos, y resinas antifosfato como las resinas GFO ANTI-FOSFATE MEDIA.
Si el problema viene dado por presencia de amoniaco/nitritos, debemos prestar atención al filtro biológico. Lo más probable es que se haya debilitado la colonia bacteriana y haya perdido capacidad depuradora. En ese caso conviene reforzarla, propiciando un buen crecimiento bacteriano como puede ser mediante adición de bacterias nitrificantes al acuario.
El control biológico es una de las claves para el control de algas en cualquier acuario. Lamentablemente existen pocas especies de peces e invertebrados que coman con voracidad esta alga, ya que no resulta tan apetecible. Sin embargo, tenemos algunas opciones con las que merece la pena probar suerte. El bonito erizo de mar Tripneustes gratilla puede ser un buen comensal para esta alga, pues se conoce su apetencia por otros tipos de algas poco consumidas por el resto de compañeros. Por otro lado, se piensa que algunas especies del género de babosas marinas Elysia también pueden alimentarse significativamente de ellas. Respecto a peces, pocos son los que toleran el insedeable sabor de Bryopsis, pero parece que especies como Siganus vulpinus pueden llegar a ser buenos controladores si es una de sus pocas opciones de alimento vegetal en el acuario. Como todo, es cuestión de apetencias y preferencias, por lo que no se debería depender exclusivamente del control biológico para el control de esta plaga, ya que puede ser insuficiente.
El control químico es otra de las alternativas más recurridas para eliminar esta plaga. Muchos aficionados recurren a métodos caseros utilizando diferentes medicamentos que parecen tener un comportamiento alguicida. El medicamento conocido como Fluconazol, que tiene una función antifúngica, parece dañar de forma considerable a esta alga y a otras. Por otro lado, se han reportado casos de determinados aditivos de magnesio de marcas concretas que eliminan Bryopsis, sin embargo, parece ser que la toxicidad de esos productos no radica en sí en el magnesio sino en algún otro componente minoritario que lleva el aditivo y puede resultar dañino para el alga, ¿cuál? no se ha determinado exactamente, por lo que no hay evidencias suficientes de que el magnesio en sí ataque a esta molesta invasora.
Lo que sí debemos tener en cuenta con el magnesio, es que unos niveles bajos de este elemento esencial en un acuario marino, puede conllevar la proliferación de esta y otras algas, no por la toxicidad que pueda generar, sino por cuestiones de disponibilidad de otros nutrientes. Si el magnesio está demasiado bajo, la reserva de alcalinidad también bajará y esto producirá mayor biodisponibilidad de fosfato, principal nutriente para Bryopsis. Si mantenemos unos buenos niveles de magnesio, será más fácil poder mantener unos buenos niveles de calcio y alcalinidad, propiciando parte de la precipitación de los fosfatos y limitando el crecimiento de las algas.
Para concluir, lo que cabe destacar es que hay ciertas actuaciones que no se deberían hacer si queremos acabar con este problema en el acuario.
No debemos rascarla de las rocas si no queremos esparcir infinidad de pedacitos de ella por todo el acuario. Recordemos que esta alga “sifonada” genera protoplastos que tienen capacidad de regeneración y crecimiento si se desprenden del organismo principal, por lo que pellizcarla dentro del acuario, rascarla con un cepillo o arrancarla con pinzas es un riesgo de propagación que no merece la pena correr. Si queremos quitarla mecánicamente se debe hacer fuera del acuario si es posible o succionándola directamente con una manguera, sin que queden restos flotando en la columna de agua. Es muy buena idea debilitarla previamente con inyecciones localizadas de agua oxigenada, pero se debe evitar a toda costa que pequeños pedacitos de ella queden flotando libremente por el acuario.
Teniendo en cuenta estas recomendaciones, podemos tener una mejor idea de cómo se puede evitar el problema y en el desafortunado caso de tenerlo, cómo se puede combatir y qué es mejor evitar hacer para evitar una mayor catástrofe. Esperamos que este artículo les haya resultado interesante y haya podido brindarles algunas herramientas para atajar este problema que muchas veces se nos escapa de las manos.