Peces mariposa ¿aptos para el acuario de arrecife coralino?
La compatibilidad de los peces mariposa con el cuidado en acuario de los corales vivos, que afortunadamente tan en boga están en estos momentos, hace que el aficionado se plantee seriamente su adquisición.
Los peces mariposa son fascinantes no sólo por la coloración que poseen sino también por su forma y su estético porte. Se engloban en una familia, la de los Chaetodontidae, con más de 100 especies descritas y que se distribuyen principalmente por el océano Indo-Pacífico, aunque hay unas pocas especies atlánticas, un par de las cuales se han podido observar en las islas Canarias.
Antaño eran mucho más comunes en los comercios de pez ornamental que ahora, ya que entonces no era tan frecuente mantener corales en acuarios domésticos y estas especies son cuando menos problemáticas en cuanto a su mantenimiento junto a corales. Son especies tímidas y sensibles (tolerancia de nitritos hasta 0,1 ppm y 5 ppm de nitratos) que se alimentan en mayor o menor medida de pólipos coralinos y por esta razón, no pueden ser introducidas “a la brava” en un acuario con corales ya que lo pueden arruinar totalmente en poco tiempo.
Si el aficionado quiere plantearse el mantenimiento de corales en el acuario de los peces mariposa para ofrecerles un ambiente lo más natural posible podemos intentar repasar posibles opciones. En primer lugar, es importante dividir los peces mariposa en dos grupos según su alimentación: los especialistas y los oportunistas. Entre los especialistas están los coralívoros y los planctívoros y entre los oportunistas los invertívoros y los omnívoros. Los coralívoros pueden descartarse para su mantenimiento en cualquier tipo de acuario: en un acuario de coral acabarían consumiendo y acabando con los corales; y en otro tipo de acuario acabarían muriendo por falta de una alimentación adecuada en unas pocas semanas.
Con las otras especies puede intentarse en mayor o menor grado su mantenimiento. Por ejemplo, la mayoría de las especies de los subgéneros Rhombochaetodon, Exornator y Rabdophorus son peces que no tienen ningún problema para ser alimentados correctamente en cautividad y también son muy poco exigentes respecto al consumo de la especie de coral, consumiendo tanto corales blandos como corales duros de pólipos de gran o pequeño tamaño y esto puede ser una ventaja o un incoveniente, como veremos a continuación.
Repasemos ahora la idoneidad de algunas de las especies más comunes de peces mariposa para su introducción o no en un acuario con corales vivos.
Chaetodon (“Citharoedus”) meyeri
Es una especie coralívora, que se alimenta sobre todo del mucus que producen los corales. Es muy difícil conseguir que se adapte al alimento que se le puede ofrecer en cautividad. Es preferible mantenerla en solitario ya que presenta cierta territorialidad y agresividad ante individuos de la misma especie. Es una especie totalmente descartable para un acuario con corales vivos e incluso añadiría que para el mantenimiento en un acuario doméstico. No debería comercializarse.
Chaetodon (Exornator) guttatissimus
Es una especie coralívora-invertívora que se alimenta de pólipos de coral y gusanos poliquetos y algas asociados a éste. Se adapta más o menos fácilmente a la presa viva, congelada y a los gránulos comerciales. Sin embargo, debe ofrecérsele un alimento nutricionalmente balanceado, si no, acaban muriendo. Como la especie anterior, es preferible mantener un único ejemplar, aunque en acuarios de más de 700 litros se puede probar de mantener una pareja. No es en absoluto apta para un acuario con corales vivos.
Chaetodon (Exornator) punctatofasciatus
Es una especie muy hermosa de la cual puede mantenerse una pareja sin riesgo de que se acaben matando. En la naturaleza se alimenta de pólipos, invertebrados bénticos y algas. Su ataque a los pólipos en acuario se puede mantener más o menos a raya pero requiere de un buen diseño y de mantener las especies de coral más apropiadas. Se ceba algo más en los corales blandos, pero los corales duros no son molestados si tienen propietario, como por ejemplo un territorial Gobiodon citrinus. No tienen ningún problema con la alimentación, tomando todo tipo de presa congelada. Les encanta las huevas de peces, pero por otro lado no acostumbran a aceptar alimento comercial granulado. Es una posible candidata, con lógicas reservas, a un gran acuario marino con corales vivos. Como dato curioso, hibrida fácilmente con la especie anterior.
Chaetodon (Lepidochaetodon) daedalma
Es una especie que se alimenta de algas e invertebrados bénticos. Le cuesta adaptarse al alimento comercial granulado aunque con paciencia se puede conseguir mezclándolo junto a la presa viva y congelada. En un acuario con corales vivos se dedica a picotear los pólipos de los corales duros. Es por tanto una especie a descartar para un acuario con este tipo de corales porque además requiere de unas temperaturas más bajas que la mayoría de los corales que se comercializan.
En un acuario con corales Chaetodon (Rabdophorus) falcula parece preferir picotear los corales blandos, aunque en la naturaleza prefiere los pólipos de los corales duros. Así, devora cuanto puede corales blandos de los géneros Nephthea, Litophyton, Lemnalia y Xenia. Resulta por tanto poco apto para un acuario coralino. En un acuario marino sin corales vivos le cuesta un tiempo llegar a alimentarse correctamente con presa congelada por lo que hay que intentar ofrecerle invertebrados vivos y algas. Pero con el paso de las semanas, acepta perfectamente presa congelada, sobretodo larva blanca y negra de mosquito, sus preferidas. No se recomienda esta especie para el acuario con corales.
Chaetodon (Rabdophorus) lunula
Especie de actividad nocturna que se mantiene en pequeños cardúmenes. Se trata de una especie omnívora con tendencias coralívoras-invertívoras, que se alimenta principalmente de nudibranquios y otros pequeños invertebrados. En el acuario tiene debilidad por los corales blandos. Por otro lado, es ideal para acabar con las plagas de las anémonas del género Aiptasia y Majano. Es pacífica excepto con peces escorpión y peces ballesta. No se recomienda esta especie para el acuario con corales.
Chaetodon (Rabdophorus) semilarvatus
Es una hermosa especie fácil de mantener en acuario, también en un pequeño grupo. Sin embargo, es una lástima, pero se alimenta de corales blandos y corales cuero con menos de cinco centímetros (Discosoma, Racordia, Rhodactis, Palythoa, Zoanthus, Lemnalia, Nephthea, Sarcophytum) para después pasarse a los pólipos de los corales duros, sobretodo los del género Plerogyra. Así pues, tampoco es una especie apta para un acuario con corales.
Chaetodon (Rabdophorus) xanthocephalus
Es una especie territorial y agresiva con otros peces mariposa por lo que únicamente un individuo podrá mantenerse en el acuario. Con los demás peces se muestra tímido y pacífico. Se trata de una especie omnívora que se alimenta de algas bénticas y pólipos de corales duros como blandos. En acuario se adapta bien a piensos de espirulina y congelados de Cyclops, kril, mysis y artemia, así como a trozos de cangrejo o gambas. Tampoco es una especie apta para un acuario con corales vivos.
Chaetodon (“Rhombochaetodon”) mertensii
Es una pequeña especie algo tímida y pacífica aunque para evitar posibles problemas de compatibilidad con otros peces mariposa es aconsejable introducir todos los peces simultáneamente en el acuario. Omnívora, en la naturaleza se alimenta de algas y pequeños invertebrados bénticos. En acuario, acepta todo tipo de alimento una vez adaptada. En condiciones especiales: un gran acuario con gran densidad de invertebrados, se puede intentar combinar esta especie con corales en acuario.
Chaetodon (Rhombochaetodon) xanthurus
Se puede mantener también en pareja. Se alimenta en la naturaleza de invertebrados bentónicos y algas. En acuario puede llegar a mordisquear las puntas de los tentáculos de las especies de Sarcophyton, pero son comportamientos que desaparecen con una buena alimentación. Acostumbra a dejar en paz los pólipos de corales duros, sobre todo si éstos tienen “propietarios” como por ejemplo Gobiodon citrinus, que se dedican a defenderlos. Si no hay ningún pez “protector”, es posible que se cebe sobre todo en los corales del género Montipora. Puede hibridar con la especie anterior.
Chelmon rostratus
Es una especie pacífica con una forma fascinante gracias a su boca tubular especializada en funcionar como una pinza para capturar los pólipos de los corales duros. Su mantenimiento debe ser en solitario y no es sencillo, sobre todo por lo difícil que resulta alimentarlo. Lo mejor es adquirir individuos de menos de cinco centímetros, ya que éstos son capaces de adaptarse a las condiciones de cautividad más fácilmente. La artemia y los mejillones abiertos son las mejores alternativas a su alimentación natural. También es una opción para eliminar las plagas de Aiptasia del acuario. No está en absoluto recomendado para un acuario con corales vivos.
Forcipiger flavissimus
También una especie hermosa y relativamente pacífica aunque debe mantenerse en solitario. Es un pez con dificultades para alimentarse en cautividad: adquirir en lo posible individuos de menos de ocho centímetros, ya que tienen una mayor capacidad de adaptación. En la naturaleza se alimenta de hidrozoos, huevos de peces, pequeños crustáceos, pies ambulacrales de estrellas de mar, pedicelos de erizos y tentáculos de gusanos poliquetos. Se puede considerar bastante apta para mantenerla en un acuario coralino. También es una opción para eliminar las plagas de Aiptasia del acuario.
Hemitaurichthys polylepis
Es una especie tímida y pacífica que puede mantenerse en solitario, en pareja o en un pequeño grupo. Si se encuentra bien alimentado es muy raro que mordisquee los pólipos coralinos, todo y que si ha de portarse mal, los del género Xenia son sus preferidos. En acuario puede alimentarse con todo tipo de presa congelada o liofilizada: artemia, mysis, añadiendo también gránulos de espirulina. Compatible con un acuario con corales vivos.
Heniochus acuminatus
Es una especie que en la naturaleza se alimenta sobretodo de invertebrados planctónicos, aunque complementa su dieta con invertebrados bentónicos. Se adapta fácilmente a la alimentación comercial (krill, mysis, escamas, gránulos), incluso a la de origen vegetal (spirulina). Pacífica, puede mantenerse una pareja o un pequeño grupo de individuos siempre que se introduzcan juntos en el acuario. Apto para un gran acuario con gran densidad de corales vivos.
Tabla con las especies más comunes que pueden encontrarse en el comercio, la dificultad de mantenimiento, el tipo de especialidad trófica, su comportamiento intraespecífico y su valoración para su cuidado en un acuario con corales.
En principio, los peces mariposa no deberían considerarse peces aptos para un acuario con corales vivos. Sin embargo, algunas especies (ver tabla) y en unas condiciones determinadas, pueden ser compatibles con un acuario que contenga corales vivos.
En primer lugar, hay que olvidar totalmente las especies de la tabla coloreadas en rojo y concentrarnos en las que se encuentran en verde y amarillo. Estas últimas también nos pueden dar problemas si no tenemos en cuenta algunos factores. En primer lugar, el acuario debe ser de gran tamaño, de al menos 1000 litros de capacidad para que los peces tengan un espacio amplio y complejo. Si queremos corales, no nos quedemos a medias, pongamos en el acuario una gran densidad de corales que permita repartir los picoteos que de vez en cuando se producirán por parte de los peces.
Además, deberíamos concentrarnos en especies de crecimiento rápido como Pocillopora o Acropora. Algunos peces mariposa tienen debilidad por ciertas especies de coral, por lo que en la medida de lo posible, deberíamos abstenernos de provocar malos hábitos con la introducción de sus “golosinas” preferidas. También puede estudiarse la introducción en el acuario de peces del género Gobiodon que se asocian a su coral y lo defienden incluso de intrusos de mayor tamaño, como son los peces mariposa.
Y por último, hay que procurar tener bien alimentados a estos peces, con tomas frecuentes, al menos tres veces al día y lo más variado posible, incluso añadiendo complementos nutricionales a la comida para evitar que alguna carencia nutricional provoque en el pez la respuesta instintiva de mordisquear los pólipos de coral. Y aún después de todo lo comentado, mucha prudencia…
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